En plena desembocadura del río Merón, se abre una playa flanqueada por acantilados, con forma de concha, que encaja con el entorno rural. El acceso a través de carreteras locales es complejo. En la recta final se ha habilitado una estrecha pista hormigonada que concluye en un pequeño aparcamiento.
A solo medio kilómetro al oeste, se encuentra un yacimiento de huellas de dinosaurio, al que se llega a través de un camino que cruza los acantilados.
El grado de ocupación de la playa no es muy elevado y está frecuentada por naturistas.